Para algunas personas, salir a la calle no es sinónimo de aire puro y libertad; más bien significa angustia y, a veces, problemas de salud tremendos. Es el caso de los pacientes con alergias respiratorias graves. Elementos que para la mayor parte la población son inocuos, en ellos pueden desencadenar crisis importantes. El polen, el pelo de los animales, hasta las deposiciones de los pájaros pueden ser el origen de un ingreso hospitalario.
“Existe mucho desconocimiento con respecto a las alergias respiratorias y a lo que tenemos que afrontar los alérgicos simplemente por salir a la calle”, explica Irantzu Muerza, coordinadora de asma en Fenaer. Los principales riesgos a los que se enfrentan estos pacientes “son muchos, principalmente medioambientales, pólenes, gramíneas, polvo en suspensión, cambios de temperatura, y otros como epitelio de animales, aires acondicionados, olores fuertes o productos químicos”. Por desgracia, gran parte de esta lista le es aplicable a ella misma: “He tenido crisis, algunas más graves que otras. Las leves las he aprendido a gestionar yo, pero las muy graves incluso me han desencadenado en un ataque de asma severo, parada cardiorrespiratoria y el ingreso en la uci intubada y con coma inducido”.
Vigilancia extrema
Su vida depende de un orden estricto y una vigilancia extrema. En casa es relativamente sencillo: “No tengo moqueta, alfombras ni cortinas, ni mascotas dentro, y limpio el polvo todos los días sin productos químicos. Además, tengo purificadores de aire”. Fuera del hogar la cosa cambia: “Lo primero es intentar controlar el entorno en el que me encuentro y localizar todo lo que puedan ser focos desencadenantes; todos los sentidos tienen que estar en alerta y los ojos bien abiertos”. Nunca sale sin saber dónde está el centro sanitario más cercano al sitio al que se desplaza ni sin sus medicamentos de rescate y su documentación sanitaria.
Alergia al pelo de animales
Antonio López, madrileño, sufre de alergia y asma provocadas por el pelo de diversos animales. “Desde hace algunos meses”, cuenta, “he venido apreciando cómo diferentes dueños de mascotas entran en espacios cerrados y en centros comerciales”, lo que es perjudicial para su salud. Convencido de que “una conversación educada” es muchas veces el origen de la solución, se ha dirigido a los responsables de varios establecimientos. “incluyendo farmacias, panaderías y restaurantes. He llegado a la conclusión de que la mayor parte de esos negocios no se autodenominan pet friendly (accesibles para animales) pero, sin embargo, se ven forzados por los dueños de perros a afrontar una situación desconocida hasta la fecha”.
Hasta el momento, su campaña ha logrado que una farmacia y un centro comercial en Madrid rechacen la entrada de animales, “simplemente hablando con los responsables personalmente, telefónicamente o por correo electrónico. En la gran mayoría de los casos, sin embargo, aún no he conseguido los resultados esperados, pero continuaré trabajando”.
Perros en medios de transporte
A juicio de Antonio, “ni las administraciones ni los propietarios de los locales son conscientes del perjuicio que sus decisiones ocasionan a las personas alérgicas y/o asmáticas”. Por ejemplo, critica que “en la actualidad se esté permitiendo que las mascotas entren en medios de transporte como el Metro de Madrid y ahora también en Cercanías”.
Al correo de Fenaer han llegado más casos como los de Antonio. G.M. reaccionó al anuncio por parte de Renfe de que en sus trenes podrán viajar perros de gran tamaño escribiendo a la Federación: “Como persona tremendamente alérgica, me condenan a no poder usar su servicio”. En determinados convoyes AVE hay dos plazas para perros, siempre al inicio de un mismo vagón, y estos no pueden salir de él ni pasear por los pasillos.
Animales en aviones
Otra paciente, A.M., comunicó su desagrado por el hecho de que algunas aerolíneas permitan que los animales de compañía viajen en cabina, aunque a las personas con alergia se les cambie de lugar en el mismo trayecto: “¿Y si un alérgico al epitelio de animales toma el vuelo de vuelta y viaja en el mismo asiento en el que ha ido el perro? ¡Le dará asma y ni sabrá por qué!”.
Otro caso conocido por Fenaer es el de una persona que sufre de fibrosis pulmonar causada por las esporas de los excrementos de paloma que viven en su calle, y debe usar oxígeno durante buena parte del día. Pese a que se ha dirigido al ayuntamiento de su ciudad, este no ha puesto más medios para que la limpieza elimine estos residuos, desagradables para el común de la población, muy peligrosos para ella.
Medidas públicas
“Los poderes públicos tienen que tomar medidas adecuadas y urgentes para frenar el cambio climático y mejorar la calidad del aire que respiramos”, afirma Irantzu Muerza. Para ella es clave también visibilizar el problema, porque “las personas con alergia sufrimos un estigma muy grande. Se tiende a considerar una enfermedad leve, cuando es muy incapacitante en su versión grave”. Da un ejemplo: “Yo tuve que dejar mi empleo, pese a tener un contrato fijo, porque en el puesto de trabajo había moqueta y se acumulaba mucho polvo. Hubo incomprensión por parte de jefes y compañeros cuando mi alergia brotaba y faltaba”.
Para Muerza, los afectados tienen en la investigación el clavo al que agarrarse pensando en un futuro más llevadero: “La administración tiene que apoyar la innovación para que los pacientes tengamos acceso a tratamientos que nos ayuden a mejorar nuestra calidad de vida y a convivir con nuestras alergias de una forma menos limitante”.
Hola, solo quería comentar que comprendo la situación y agradezco que se trate este tema.
Me siento totalmente aislada, en mi ciudad todo el mundo tiene mascotas y no puedo ir a visitarles, antes quedábamos en los bares, pero ahora tampoco puedo, tampoco ir en metro o comprar. Como dices hay alergias que son graves. En mi caso desarrollo brotes fuertes de dermatitis, malestar, dolor de cabeza agudo, asma… He leído en foros de personas que comentan que tomemos una antihistamínico y listo. Si fuera tan fácil lo haríamos sin dudarlo, yo tomo uno cada día ya de serie, cuando esto me pasa no me lo quita una pastilla, me enfermo por días, me salen ronchas en la piel, se me inflama la cara, tengo que recurrir a corticoides orales, a veces coger baja médica, etc. Otro argumento es que entonces talemos todos los árboles que también dan alergia, pues mira no, pero afortunadamente en los nuevos planes de repoblación se suelen tener en cuenta las especies menos alérgenos, y desgraciadamente las personas que somos alérgicas al polen también vemos limitada nuestra vida en este sentido, no he podido ir a multitud de eventos porque eran en un olivar en pleno mayo, o no he podido ir con mis amigos de vacaciones, o simplemente salir a pasear en primavera.
No queremos dar pena y quejarnos, solo queremos que se comprenda que se está poniendo en juego la salud de algunas personas y no comprendemos o nos parece injusto que se nos tache de egoístas cuando es algo que no hemos elegido. Es como si a una persona diabética le obligas a tomar azúcar para poder hacer una vida medio normal.
Además, la cuestión aquí es el bienestar animal, de esto va la ley que ha impulsado que los perros estén en espacios cerrados. La misma ley recoge que se debe garantizar la seguridad de las personas y no esta siendo así. Antes de enfermar de esta manera he convivido con perros, viví con mi perro al que amaba, pero todo fue a peor, y se tuvo que ir con mis padres y sinceramente cuando tenía perro no le llevaba a centros comerciales ni a bares, porque consideraba que se podía agobiar, y que estaba mejor en casa, o en el campo. Como mucho a terrazas tranquilas. Si quería salir con mi perro hacia actividades que pudiera realizar con él, cómo ir al parque en lugar de a un bar, etc. No entiendo que bienestar puede encontrar un perro en ir a Ikea, dicen que estar con su familia, pero de verdad que también están felices en casa, y más felices aún si después del Ikea los llevas a un sitio donde correr.
Aún así, entiendo que haya personas que puedan querer ir al bar, pero para eso estaban los dog frienfly, ahora es en todos los bares y el dueño tiene que especificar que no, lo que nos complica mucho las cosas, en todos los comercios, en todos los transportes públicos… Deberían limitarlo, tipo un vagón con perros, señalizado, algunos bares que lo elijan y se anuncien como tal, o al menos avisar si es un local con animales o un vuelo donde van perros, hay personas que han sufrido anafilaxis por este motivo. El otro día llame a un taxi y pregunte si podían enviarme uno en el que no entren perros y me dijeron que no, que solo tienen el aviso de admite perros y no saben cuáles no admiten… venía del hospital y yo ya no sé cómo moverme sin peligro. Creo que hay mucha desinformación sobre las alergias y las personas no entienden que el alérgeno permanece mucho tiempo después de que un animal haya estado allí, en el aire, incluso aunque limpies y que luego enfermamos sin saber por qué. Creo que debería haber más concienciación al respecto. De verdad, mi circulo de amistades hay personas veganas y defensores de los animales, y al ver mi caso tan de cerca es la única vez en que han comprendido como nos limita la alergia, cuando ven cómo enfermo. A las personas les cuesta creer que realmente desarrollamos consecuencias graves y tienden a pensar que exageramos, no entiendo muy porqué.
A veces vamos de vacaciones y no hay sitios donde no admitan animales para que pueda ir, en otros países hay hostales con habitaciones para alérgicos donde no entran perros, es decir, unos apartamentos si otros no, se salvaguarda su seguridad y también dan opción a familias con mascotas. Hay soluciones, solo pedimos que se nos tenga en cuenta, somos personas que queremos relacionarnos con nuestros amigos y familiares como todo el mundo, ir hacer la compra o coger el metro sin tener miedo a sufrir una crisis asmática, alergias graves y en el peor de los casos un shock anafiláctico. Además cuando lo decimos, parece que estamos en contra de los animales o somos malas personas, nada más lejos de la realidad, somos las primeras a las que nos encantaría no tener esta enfermedad y poder acariciar y estar con animales, no es una decisión personal es una imposición médica. No es un porcentaje pequeño de la población y aunque lo fuera si la sociedad avanza hacia la inclusividad de las personas, si hablamos de adaptar espacios a diferentes capacidades, deberíamos visibilizar que esta enfermedad también nos incapacita y lo que necesitamos son entornos seguros donde viajar, comprar y relacionarnos. No es incompatible con que haya otros, donde estén las familias con perros, aunque suponga más esfuerzo.
Creo que simplemente no se ha tenido esto en cuenta y es un error garrafal, cada vez va más en aumente el número y la gravedad de las alergias a los animales, según SEIAC en parte por el aumento de contacto con los mismos.
Espero que encuentren una solución para que podamos dejar de vivir aún más aisladas.