Junto con otro centenar de entidades de todo el mundo, Fenaer se adhiere a la declaración conjunta que han firmado médicos, responsables de políticas sanitarias, sociedades científicas y asociaciones de pacientes en favor de las Directrices para la Calidad del Aire elaboradas por la Organización Mundial de la Salud.
«La contaminación es una gran amenaza para la salud pública global. Apoyamos las recomendaciones de la OMS y urgimos a las naciones a utilizarlas como guía para elaborar en todo el mundo políticas de calidad de aire y reducción de emisiones ambiciosas», apuntan los firmantes de la declaración, entre los que se encuentran la European Respiratory Society (ERS); la Sociedad Internacional de Epidemiología Ambiental; la Fundación Europea del Pulmón; asociaciones internacionales de neumólogos, alergólogos, pediatras, cardiólogos y oncólogos; y asociaciones de pacientes de países tan diversos como España, Bulgaria, Alemania, Nepal, Estados Unidos, Etiopía o Indonesia. La declaración completa y el listado de firmantes se puede consultar aquí.
Las Directrices de la OMS destacan que la evidencia científica sobre el efecto de la polución del aire en la población es «apabullante», y no se reducen a los lugares del planeta más contaminados, sino que se extienden incluso a localizaciones con el aire aparentemente limpio. Según esta estimación, un 12% de las muertes ocurridas en el año 2019 se deben a la polución, tanto en el exterior como en el interior de edificios. Este es el cuarto mayor factor de riesgo de enfermedad y mortalidad en el planeta, solo por debajo de la hipertensión, el tabaquismo y la dieta.
Un problema de salud y económico
La contaminación es, según la OMS, un problema de salud y también económico: cuesta anualmente 5 billones de dólares en cuidados y 225 billones más en lo que afecta a la productividad. Para remediarlo, las recomendaciones indican unos parámetros de calidad de aire mínimos que, no siendo vinculantes para los gobernantes, sí deberían servir como guía en la elaboración de la legislación al respecto.
Los firmantes de la declaración de apoyo quieren «llamar la atención de legisladores y reguladores», dado que «la mayor parte de las leyes actuales se basan en limitar valores de contaminación y no en incentivar la reducción» de las emisiones. «Las políticas de aire limpio tienen que incluir incentivos para rebajar la exposición de toda la población y mejorar así su salud», apuntan.
Consulta aquí el documento de apoyo a las Directrices de la OMS
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