Las vacunas que se comercializan en la actualidad contra enfermedades como la gripe, la covid-19, la neumonía o el VRS coinciden en una cosa: las grandes medidas de seguridad que las rodean, tanto durante su desarrollo como en la evaluación posterior de su efectividad. Dos pasos, antes y después de su puesta a disposición entre el público, son fundamentales para preservar esta garantía.
Evaluación de seguridad rigurosa: Antes de que cualquier vacuna sea aprobada para su uso, debe pasar por un proceso exhaustivo de ensayos clínicos en varias fases. Estos ensayos incluyen a decenas de miles de participantes y están diseñados para evaluar tanto la eficacia como la seguridad de la vacuna. Por ejemplo, las vacunas contra covid-19 pasaron por ensayos clínicos de Fase 3 que incluyeron a más de 30.000 personas. Estas vacunas también fueron monitoreadas intensamente después de su autorización para identificar efectos secundarios raros.
Además, la información se comparte entre científicos para obtener un grado más de seguridad. Los ensayos clínicos para las vacunas contra COVID-19, por ejemplo, fueron ampliamente documentados en estudios revisados por pares y en informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Publicaciones científicas como The New England Journal of Medicine y The Lancet también hacen públicos periódicamente informes sobre estos ensayos clínicos.
Monitoreo post-comercialización: Una vez que una vacuna está en el mercado, los organismos de salud pública, como los CDC en Estados Unidos o la EMA en Europa, continúan monitoreando su seguridad. Esto se hace a través de sistemas de vigilancia como VAERS (Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas) en EE. UU. y EudraVigilance en Europa, que permiten la notificación y análisis de cualquier evento adverso que pueda estar relacionado con la vacuna. Este monitoreo ayuda a identificar efectos secundarios raros o a largo plazo que no se pudieron detectar en los ensayos clínicos iniciales debido al tamaño de la muestra o la duración limitada.
Estos sistemas de vigilancia han sido clave para identificar y abordar rápidamente cualquier problema de seguridad relacionado con las vacunas, asegurando que los beneficios continúen superando los riesgos. La información sobre los sistemas de vigilancia como VAERS (en EE. UU.) y EudraVigilance (en Europa) es pública y se puede encontrar en los sitios web oficiales de los CDC y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Estas agencias publican regularmente informes y análisis sobre la seguridad de las vacunas que están en uso.
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