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Ejercicio físico y enfermedades respiratorias: ¿y si comenzamos después del verano?

17/Ago/2022 | Actualidad, Alergia respiratoria, Asma, Epoc, Fisioterapia respiratoria | 0 Comentarios

En verano muchas personas se plantean introducir el deporte en sus vidas. Es una gran idea: el ejercicio físico favorece un mejor estado de salud para cualquiera que lo practique. Lo mismo puede decirse de los pacientes respiratorios. Realizar actividades adecuadas a su condición de salud disminuye la disnea y ayuda a sobrellevar mejor la enfermedad. Sin embargo, hay que tomar conciencia del estado de cada uno y adaptar el entrenamiento.

¿En qué beneficia el ejercicio a los pacientes respiratorios?

Hacer deporte ligero alivia los síntomas de las enfermedades pulmonares y permite respirar un poco mejor. Además, al mejorar la musculatura, reduce la sensación de cansancio y provoca un bienestar psicológico que se traslada al estado general de los pacientes respiratorios. El ejercicio beneficia al sistema cardiovascular.

Toma precauciones y consulta a tu médico

Si hasta el momento has sido una persona sedentaria, debes comenzar a hacer deporte de forma muy progresiva. En primer lugar, consulta con tu médico o con un fisioterapeuta especializado para que valore tu estado y te ayude a elegir que tipo de ejercicio y qué intensidad te convienen en estos primeros momentos. Lo ideal es empezar suavemente con ejercicios de fortalecimiento muscular. Recuerda: si arrancas muy fuerte podrás lesionarte o, simplemente, ser víctima del cansancio y, en consecuencia, dejarás de practicar el deporte que hayas elegido.

Elige tu deporte

Existen multitud de actividades físicas que un paciente respiratorio crónico puede practicar, siempre adaptando su intensidad al estado de cada uno. La más sencilla es la caminata, aunque también son muy populares la bicicleta estática o la natación. Es muy interesante apuntarse al gimnasio, donde te pueden dar consejos muy útiles en los primeros momentos. Y, pensando un poco fuera de lo habitual, unas buenas clases de baile son un ejercicio fantástico, muy completo y divertido. En la red existen también numerosos recursos y seminarios online con los que podrás ejercitarte en casa.

Calienta, estira y mantente atento

Antes de cada sesión (y mucho más cuando estás comenzando) debes prestar mucha atención al calentamiento previo y a los estiramientos posteriores. Estas dos acciones aumentarán tu flexibilidad y evitarán lesiones durante la realización de la actividad física. Mantente alerta a tu respiración para detectar pronto cualquier síntoma asociado a tu enfermedad: es mejor parar en cuanto tu cuerpo te envía la primera señal.

Evita la contaminación

Si te has decidido por una actividad física en el exterior, debes tener en cuenta qué zonas de tu lugar de residencia concentran más contaminación. Aléjate de las carreteras muy transitadas y elige horarios con poco tráfico y, si puedes, elige entornos naturales para ejercitarte. Es muy útil descargarse alguna de las aplicaciones gratuitas que resumen los índices de polución de cada lugar.

Sé realista y únete a otros deportistas

Comenzar a hacer deporte, y más si se es paciente respiratorio, es una iniciativa loable pero exigente. Ponte un objetivo realista y ve aumentando la intensidad del entrenamiento de forma muy gradual. Lo importante es sentirse mejor y reducir los síntomas de tu patología. Muchas veces es más fácil motivarse si compartes deporte con otras personas de tu mismo nivel e intereses, por lo que anotarse a un club o simplemente integrarse en un grupo de amigos que practican un ejercicio similar ayuda a mantener la constancia.

Recursos de interés sobre el ejercicio físico

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