Ansiedad y depresión restan calidad de vida al paciente asmático
Precisamente, el asma se asocia a una mayor prevalencia de sintomatología depresiva y de ansiedad, especialmente en las personas mayores, trastornos mentales que implican, a su vez, una peor calidad de vida para los asmáticos. En este sentido, neumólogos especialistas y psicólogos han realizado una investigación que persigue el objetivo de explorar la influencia de la sintomatología ansiosa y depresiva en la calidad de vida de personas asmáticas, en diferentes grupos de edad.
“La cronicidad del asma tiene un fuerte impacto en las actividades diarias de los pacientes que la sufren. Al ser una enfermedad de condición crónica, en la gran mayoría de los casos, comporta un empeoramiento de la calidad de vida, especialmente en el grupo de adultos mayores”, explica Francisco Javier González Barcala, neumólogo de Separ y autor de la comunicación ‘Influencia de la ansiedad y la depresión en la calidad de vida relacionada con el asma en diferentes grupos de edad’, que se presentará en el marco del 49º Congreso Nacional Separ, que se celebrará próximamente en Granada.
En los resultados obtenidos se encuentran diferencias significativas entre los grupos de edad en relación a la calidad de vida vinculada con el asma. Según el índice de medición miniAQLQ (Mini Asthma Quality of Life Questionnaire), de la muestra de pacientes englobados en el estudio, el grupo de mayor edad presentaba peor calidad de vida.
Las conclusiones también revelan diferencias importantes en las subescalas de ansiedad y depresión, con puntuaciones más altas en ansiedad en el grupo de mediana edad y en depresión en el de mayores, en comparación al grupo de jóvenes. Se observó, también, una correlación significativa entre la presencia de ansiedad y depresión con la calidad de vida, que no se modificó por la edad “Es destacable resaltar que el impacto de estos trastornos mentales en la calidad de vida de los pacientes asmáticos debe ser explicado por otros factores que no sean la edad. Estos factores podrían ser cualquiera que tenga algún impacto en la calidad de vida del asmático, tales como el control del asma, el tabaquismo, la obesidad, la adherencia al tratamiento, etc.”, argumenta Barcala.
El estudio fue realizado a una muestra de 98 pacientes, 45 hombres y 53 mujeres con una media de edad de 42 años, diagnosticados de asma y usuarios del Servicio de Neumología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela en colaboración con el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Santiago de Compostela, ambos grupos de investigación integrados en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS). Para realizar el análisis de los resultados se dividieron los participantes en tres grupos de edad: adultos jóvenes, mediana edad y mayores. “Por el momento, se necesita más investigación para determinar el factor principal que tiene un impacto negativo en la salud mental del paciente, aún y así la presente investigación es el punto de partida ideal para iniciar estrategias que mejoren el control del asma y la calidad de vida de nuestros pacientes”, concluye.
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