En pacientes con apnea del sueño diagnosticados de infección por el nuevo coronavirus o a los que el personal sanitario les haya recomendado aislamiento domiciliario por sospecha de haberla contraído, se considera que lo más razonable es dejar de usar la CPAP durante unos días, como medida transitoria.

Según un documento de recomendaciones difundido por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica , SEPAR, en caso de resultar su uso absolutamente necesario, habría que realizar unas adaptaciones en lugar de utilizar el sistema habitual de CPAP, a fin de evitar la dispersión de partículas al ambiente y evitar el contagio de las personas que convivan con el paciente. Dormir en habitación separada y contactar con la empresa de terapias respiratorias para que le cambien el sistema de mascarilla por una especial completamente cerrada y le proporcionen unos filtros especiales antibacterianos y antivíricos son algunas de esas adaptaciones.

En cuanto a los pacientes infectados o con sospecha de infección por COVID-19 que usen terapia nebulizada en el domicilio mediante un equipo de aerosolterapia,  SEPAR indica que no deben usar los nebulizadores, por la posibilidad de generar partículas contagiosas en su entorno. La recomendación es cambiar el tratamiento nebulizado por inhaladores presurizados (de gas) conectados a una cámara espaciadora o bien cambiar a un dispositivo de polvo seco. Su médico le indicará cuál es el más adecuado y su equipo de profesionales le instruirá sobre cómo emplearlos.

El citado documento de SEPAR da respuesta a estas y otras cuestiones que afectan a los pacientes respiratorios, además de definir qué es el COVID-19, exponer cuáles son sus  síntomas más comunes y qué precauciones adoptar para evitar contagios, y aclarar formas de transmisión y duración del período de incubación, entre otros aspectos relacionados con el nuevo coronavirus.

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