La apnea obstructiva del sueño sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes en el campo de las enfermedades respiratorias. Se trata de una patología crónica, frecuente e infradiagnosticada, cuyos efectos van mucho más allá del mal descanso: incrementa el riesgo cardiovascular, deteriora la calidad de vida y complica la gestión de otras enfermedades. La terapia con CPAP (presión positiva continua en las vías aéreas) es la principal herramienta para su tratamiento, pero muchos pacientes —hasta un 30%— abandonan el dispositivo en los primeros meses. La adherencia es el gran desafío para ellos.
La respuesta podría estar en la inteligencia artificial. En este terreno trabaja la Cátedra UAM-Linde, que dirige el neumólogo Julio Ancochea, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa y presidente de Asomega. Con su colaboración, la compañía Linde desarrolla AIRGENIOUS, una solución tecnológica que analiza datos clínicos y aprende de ellos para identificar patrones que permitan anticipar cuándo un paciente tiene mayor probabilidad de dejar el tratamiento. Esa capacidad predictiva se convierte en una oportunidad para intervenir a tiempo y de manera personalizada.
Este proyecto, que aúna investigación clínica y transformación digital, se enmarca en un ensayo multicéntrico pionero en España. Y ya ha empezado a cosechar reconocimiento internacional, con premios como el Prix Galien France en la categoría de innovación digital, o los Portugal Digital Awards 2024. AIRGENIOUS se apoya en un ecosistema de telemonitorización continua, que convierte cada dispositivo CPAP en un sensor que envía información en tiempo real sobre el uso, las incidencias o posibles complicaciones. La combinación de inteligencia artificial y seguimiento remoto busca menos abandonos, más control y mejores resultados en el tratamiento.
0 comentarios