Los antimicrobianos, es decir, los fármacos utilizados para prevenir y tratar infecciones, tales como antibióticos, antivíricos, antifúngicos y antiparasitarios, están perdiendo eficacia de manera creciente. La resistencia a estos medicamentos generada por bacterias, virus, hongos y parásitos es una amenaza cada vez mayor para la salud pública mundial, puesto que dificulta el tratamiento y cura de infecciones, aumenta el riesgo de propagación de enfermedades, facilita la aparición de formas más graves e incrementa la mortalidad.

La Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antimicrobianos, que se celebra anualmente del 18 al 24 de noviembre, es una campaña impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el fin de aumentar la sensibilización sobre este problema y fomentar buenas prácticas que lo reduzcan.

Pese a que la resistencia antimicrobiana (RAM) se produce de forma natural en los microbios por mutaciones genéticas con el paso del tiempo, el uso indebido y excesivo de estos medicamentos está acelerando el fenómeno hasta convertirse en una de las principales preocupaciones en todo el mundo. Tomar antibióticos en exceso, sin receta y sin seguir la pauta dictada por el médico, es una de las principales causas del aumento de la resistencia de los patógenos a los antimicrobianos. Hay que tener en cuenta que son las bacterias y otros microorganismos los que se hacen resistentes a los medicamentos, no las personas. Al tratar infecciones con antibióticos, los escasos microorganismos que los resisten son los que después tienen ocasión de reproducirse. Por otra parte, las bacterias tienen la capacidad de “acostumbrarse” al ataque de los antimicrobianos mutando para resistir sus efectos.

La OMS la ha incluido entre las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad. Se calcula que la RAM causa alrededor de 700.000 muertes en 2019 a nivel mundial, cifra que algunas investigaciones elevan hasta 1,27 millones. En España mueren aproximadamente 4.000 personas al año a causa de infecciones provocadas por bacterias resistentes, a pesar de que, según datos del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), el consumo de antibióticos en España registró una disminución del 32,4 % en salud humana y 56,7 % en sanidad animal entre 2014 y 2020.

Concienciación

La Asamblea Mundial de la Salud, en su reunión de mayo de 2015, aprobó un plan de acción mundial para abordar el creciente problema de la resistencia a los antibióticos y otros medicamentos antimicrobianos. Uno de los ejes principales de este plan es mejorar la concienciación y comprensión de lo que supone la resistencia antimicrobiana para lograr un uso racional y efectivo de estos fármacos.

Entre las acciones para aumentar la sensibilización sobre este fenómeno se incluye la celebración, del 18 al 24 de noviembre de cada año, de la Semana Mundial de Concientización sobre los Antimicrobianos, una campaña destinada a divulgar el mensaje de que medicamentos como los antibióticos son una poderosa arma contra las infecciones y deben de utilizarse con prudencia. El lema escogido para este año, «Prevención conjunta de la resistencia a los antimicrobianos», hace referencia a la necesidad de una colaboración intersectorial para preservar la eficacia de estos importantes medicamentos.

En nuestro país, la concienciación es también una de las líneas prioritarias del PRAN 2022-2024, junto con la puesta en marcha del nuevo Sistema Nacional de Vigilancia, el impulso de los Programas de Optimización de Uso de Antibióticos (PROA) y la ampliación de los Programas REDUCE en sanidad animal.

Un esfuerzo de todos

Efectivamente, la lucha contra la resistencia antimicrobiana no puede dejarse únicamente en manos de la ciencia, sino que solo será exitosa si se aborda de forma colectiva y entendiendo que debe ser un esfuerzo de todos.

A nivel individual, cada uno de nosotros puede aportar ese esfuerzo con medidas como usar antimicrobianos solo cuando sea necesario y estén recetados por un médico, seguir estrictamente las indicaciones para su administración, no automedicarnos y no utilizar antibióticos para tratar infecciones víricas, además de adoptar todas las precauciones posibles para prevenir y evitar una infección.

Puedes obtener más información sobre la resistencia antimicrobiana y las medidas para combatirla en este documento.