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La tuberculosis sigue entre nosotros y es hora de acabar con ella

18/Mar/2022 | Actualidad, Vacunas | 0 Comentarios

Poca gente recuerda ya la tuberculosis como una de las enfermedades que deben preocupar al público y a las autoridades sanitarias. Los avances en prevención e higiene han hecho que esta patología, en otros tiempos muy prevalente, parezca hoy una cosa del pasado, de otras latitudes o casi un mal literario. Sin embargo, sigue entre nosotros: más allá de que continúa siendo la primera causa de mortalidad por enfermedad infecciosa en el mundo, en España se contabilizaron más de 4.000 casos en 2018. Coincidiendo con el Día Mundial de la Tuberculosis, que se conmemora el 24 de marzo, Fenaer ha programado una campaña para llamar la atención sobre ella y redoblar la batalla para acabar de una vez por todas con los problemas que genera.

Porque la tuberculosis dista de ser una patología acabada. Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2018 la padecieron 10 de cada 100.000 habitantes del país. Se trata de una cifra baja y que, además, desciende consistentemente desde 2012, pero que deja poco lugar para la complacencia. En España, todos los casos deben notificarse a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), lo que da la medida de la importancia que las autoridades sanitarias siguen concediéndole.

Causas y síntomas

Una bacteria, llamada Mycobacterium tuberculosis, es la causante de esta infección. El contagio se produce por contacto estrecho con pacientes, y las personas con VIH son especialmente susceptibles de padecerla. Cuando alguien desarrolla tuberculosis puede tener síntomas leves durante muchos meses (tos, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso), lo que en ocasiones lleva a aplazar la visita al médico, siempre en el caso de que el afectado tenga acceso al servicio sanitario. En consecuencia, puede contagiar a muchas personas antes de que la enfermedad se haga especialmente patente o se le diagnostique.

La tuberculosis se asocia principalmente a condiciones de vida precarias, higiene deficiente y barreras de acceso a los servicios sanitarios. Ciertamente, su prevalencia es mucho mayor en países en desarrollo: en 2021, y según el mapa global de incidencia incluido en el Plan de Prevención y Control de la Tuberculosis del Ministerio de Sanidad, sus principales focos de se encontraban en África del sur, en el sudeste asiático y, en menor medida, en algunos países andinos y del Caribe. Filipinas, Mongolia, Papúa Nueva Guinea, Lesotho, Sudáfrica, República Centroafricana o Gabón son algunas de las naciones en las que la tasa de incidencia se sitúa en niveles preocupantes, en algunos casos por encima de los 500 casos por cada 100.000 habitantes.

Estigmatización

La movilidad de personas en un mundo global es una de las formas que utiliza el patógeno de la tuberculosis para seguir presente en países como España. Hay estudios que relacionan algunos contagios con la llegada de migrantes a lugares fronterizos como Ceuta, por lo que garantizar la atención médica de estas personas es clave en la batalla contra el patógeno. Sumado esto al hecho de que la patología se asocia a ambientes con pocos recursos y a un deficiente acceso a los servicios, la estigmatización es otro de los aspectos contra los que hay que luchar. Garantizar el acceso a la prevención es necesario para acabar definitivamente con este problema sanitario secular.

La buena noticia es que la tuberculosis es una enfermedad prevenible, fácilmente detectable y curable. En su forma sensible a los antibióticos se trata con una combinación de cuatro medicamentos, durante medio año. En la actualidad se comienza a generalizar un preparado oral que acorta los plazos para curarla y que es capaz de acabar incluso con las cepas que se han hecho resistentes a los fármacos. La inequidad en el acceso a estos tratamientos vuelve a ser el punto negro en relación a este tratamiento: en todo el mundo, solo una de cada tres personas que lo necesitan tienen acceso a estas medicinas de última generación, según la Organización Mundial de Salud.

Este mismo organismo destaca que el progreso en la erradicación de la tuberculosis es sostenido en todo el mundo. La entidad internacional remarca que en los últimos años se ha mejorado mucho en la reducción de la mortalidad y en la notificación temprana de brotes, gracias a la utilización de tests rápidos. Sin embargo, gran parte de este avance se circunscribe a los países desarrollados, lo que incide de nuevo en la necesidad de acometer su combate de forma global y solidaria.

Fuentes

OMS: Tuberculosis

OMS: #FindelaTB

Ministerio de Sanidad: Tuberculosis

Ministerio de Sanidad: Plan para la Prevención y Control de la Tuberculosis en España

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