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Los pacientes, ante la limitación de los inhaladores presurizados: es inviable sin alternativas reales

26/Ene/2022 | Actualidad, Asma, Cambio Climático | 1 Comentario

Limitar los inhaladores sin ofrecer alternativa a las personas que los necesitan es temerario e inefectivo. Esta es la opinión de Raquel Gómez e Irantzu Muerza, directivas y responsables de la Coordinadora de Asma de Fenaer, que defienden un cambio progresivo en favor de otros dispositivos con menor huella de carbono, y siempre anteponiendo las necesidades de quienes padecen patologías respiratorias.

Para Raquel Gómez, secretaria de Fenaer y directiva de  Sevilla Respira, los pacientes “no están en contra de que se sustituyan este tipo de dispositivos por otros más respetuosos con el medio ambiente; es más, nadie está más preocupado por el cambio climático que un paciente respiratorio”. Sin embargo, “lo que no se entiende es que esta medida se tome con tanta premura y sin alternativas reales. Sabemos que se están investigando otros propelentes y que no tardarán mucho en materializarse, pero mientras tanto se deben tener en cuenta criterios estrictamente clínicos y garantizar el acceso a tratamientos que son efectivos, y más cuando hay muchos grupos de pacientes que no son capaces de utilizar los inhaladores de polvo seco que se ofrecen como alternativa”.

Lo perjudicial son los tratamientos que se abandonan

La razón de esta dificultad es que cada paciente se adapta al inhalador que mejor le venga después de un proceso que puede requerir muchas pruebas y errores. “Hay muchos pacientes que, por su edad, su patología o sus circunstancias vitales son incapaces de adaptarse a la técnica inhalatoria necesaria para que los dispositivos de polvo sean efectivos”, explica Gómez. A su juicio, “lo que es realmente perjudicial para el medio ambiente es el tratamiento que se realiza mal o que se abandona, y que puede llevar a hospitalizaciones, que tienen una huella de carbono infinitamente mayor que el uso de estos aparatos”.

“Limitar tratamientos sin garantizar alternativas supone establecer barreras de acceso sin ninguna justificación”, indica por su parte Irantzu Muerza, presidenta de la asociación vizcaína de personas con asma Asmabi. “Para un amplísimo grupo de pacientes respiratorios, cambiar bruscamente a dispositivos de polvo seco implicaría una mayor dificultad para el control de su enfermedad y, en consecuencia, un probable agravamiento de la patología de base que sufren”. “La solución”, avanza, “es que se apueste decididamente por la innovación, tanto la industria como la Administración, que se consigan cuanto antes alternativas viables. Sabemos que se está trabajando en ello, pero por el momento, los inhaladores presurizados son insustituibles”.

Además, recuerda Muerza, “en muchas ocasiones los inhaladores presurizados son los que se emplean como tratamiento de rescate, es decir, cuando se tiene una crisis. En ese momento es imposible pararse a pensar cuál es la técnica de inhalación más adecuada para el dispositivo que estás usando: se trata de hacerlo rápido y efectivamente”.

Raquel Gómez no entiende la prisa con la que se quieren eliminar estos dispositivos: “Hay que sustituirlos por otros, de acuerdo, y cuanto antes, mejor. Pero ¿por qué hacerlo si no hay alternativa, y cuando suponen menos del 0,1% de los gases que provocan el efecto invernadero? Si pensamos en que los gases fluorados que se emplean en climatización suponen el 85% de las emisiones, veremos que los inhaladores no son el problema”.

Estigmatizar a los pacientes

El debate generado en estos últimos meses sobre la contribución de los inhaladores presurizados al cambio climático ha supuesto, en palabras de Irantzu Muerza, “cierta estigmatización de los pacientes respiratorios que los usan”. Se ha dado a entender, apunta, que “quienes los emplean no lo hacen por necesidad imperiosa, sino que se niegan utilizar alternativas menos dañinas con el medio ambiente. Y no es cierto: usamos inhaladores presurizados porque no existe alternativa”.

Esta estigmatización, prosigue, “no se da en otros ámbitos de la sanidad en los que están también presentes estos gases fluorados. Nadie está poniendo sobre la mesa su uso en operaciones quirúrgicas, por ejemplo. Está claro que el sector sanitario tiene que pararse a pensar en cómo reducir su huella de carbono, pero estamos hablando de salvar vidas, y en esto los cambios tienen que venir necesariamente de la innovación. Es injusto que se nos cargue con esta culpa además de cargar con nuestras patologías en unos momentos muy complicados en los que la atención a pacientes crónicos deja bastante que desear”.

PROPUESTAS FRENTE A LA LIMITACIÓN DE LOS INHALADORES CON GASES FLUORADOS

Elegir entre inhaladores presurizados y de polvo seco no es una simple ecuación de edad y capacidad inhalatoria. Depende también de la fase de la enfermedad y estado emocional del paciente; de sus habilidades motoras; y de su confianza en cada modelo de aparato. En la gran mayoría de los casos, cada persona ha pasado por varios antes de decidir cuál es el adecuado.

Sustituir los inhaladores presurizados por otros con menor contribución al efecto invernadero es, para FENAER, la única opción para conjugar la protección del medioambiente y de la salud de los pacientes, pero antes de hacerlo, los pacientes deberían contar con una alternativa viable. Por ello, la Federación considera que hay una serie de medidas que se pueden llevar a cabo inmediatamente para acelerar esta transición

  • En primer lugar, apostar pola innovación para conseguir inhaladores que puedan ser tan efectivos como los actuales de gases presurizados. Llegar a ello sólo será posible con respaldo incondicional de las instituciones a la investigación y compromiso por parte de la industria farmacéutica.
  • Mientras no existen los nuevos fármacos, FENAER apuesta no por la limitación, sino por la dotación de recursos e implementación real de las recomendaciones incluidas en todas las guías clínicas de manejo de la epoc y el asma, que conseguirían en la práctica reducir la huella de carbono de los pacientes respiratorios y el gasto sanitario, y una sustancial mejora en la calidad y esperanza de vida de las personas que padecen estas dos patologías, unos 6 millones solo en España.
  • Incrementar la adherencia de los pacientes a sus tratamientos de base, que estabilizan la enfermedad y reducen el uso de los inhaladores de rescate. La epoc y el asma no controlados se asocian al incremento de exacerbaciones y de uso de los recursos sanitarios, incluyendo visitas a Atención Primaria y a los servicios de Urgencias, que sí aumentan significativamente la huella de carbono.
  • Incrementar el tiempo medio de dedicación a los pacientes respiratorios por parte del conjunto de los profesionales sanitarios que los atienden. Esto sólo se consigue con una mayor dotación presupuestaria. También se debería garantizar que los sanitarios puedan disponer del tiempo necesario para la formación y revisión de las técnicas de inhalación. La utilización de los inhaladores es una habilidad que se debe aprender y revisar de modo regular. Hay estudios que indican que hasta el 70% de los pacientes españoles pueden estar utilizando mal sus inhaladores, y que el principal factor asociado es la ausencia de una instrucción adecuada.

FUENTES

Factores de emisión. Ministerio para la Transición Ecológica

ERS position statemen on asthma and environment

 

1 Comentario

  1. Gemma Costa Urgell

    Ojo con abusar del Salbutamol ….

    Responder

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