Expertos en enfermedades infecciosas de la infancia presentaron esta mañana el informe Reflexiones sobre el abordaje óptimo del Virus Respiratorio Sincitial (VRS), que provoca bronquiolitis y neumonías en pequeños antes de su noveno mes de vida. El encuentro, organizado por la agencia de noticias Europa Press en colaboración con la consultora Levin Institutional Health Affairs y el apoyo de Sanofi, contó con las aportaciones del doctor Agustín Rivero, director de BioMad y exdirector general de la Cartera Básica del Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad; la doctora Cristina Calvo, jefa de sección de Pediatría, Enfermedades Infecciosas y Tropicales del Hospital Universitario La Paz y presidenta de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP); y el consultor económico independiente Jorge Mestre-Ferrándiz, también profesor asociado de la Universidad Carlos III.
El documento aporta soluciones para asistir a quienes sufren VRS, principalmente niños entre seis semanas y nueve meses de vida. Se conoce desde 1956 y provoca bronquiolitis aguda y neumonía, y está ampliamente extendido. El doctor Rivero apuntó en la presentación que se estima que “el 90 por ciento de los niños de menos de dos años la han padecido y algunos llegan a ingresar en la UCI. Pretendemos ver si esta epidemia puede considerarse como un problema de salud pública, a fin de desarrollar guías homogéneas y comunes para todo el Sistema Nacional de Salud”. Según los parámetros de la Organización Mundial de la Salud, el VRS se debería considerar un problema de salud pública y, por lo tanto cabría “cabría incluirlo en un Plan Estratégico Nacional de Infancia y Adolescencia y se podría incluir para un futuro Plan de Lactancia”, según Rivero. La pandemia ha provocado un descenso en su incidencia, debido a las medidas higiénicas reforzadas que se han generalizado entre la población, aunque es de prever que, con su relajamiento, el VRS vuelva a repuntar.
La doctora Calvo incidió en la importancia de las cifras destacando que “en el primer año de vida, el 1 por ciento de los niños requiere hospitalización por VRS y, de estos, el 10 por ciento ingresa en UCI”. “Además”, prosiguió, “es sabido que los niños que tienen un ingreso por VRS tienen riesgo de desarrollar bronquitis recurrentes hasta la adolescencia o juventud y asma”. “El VRS no tiene tratamiento, y tampoco tiene tratamiento preventivo eficaz. Disponemos de un anticuerpo monoclonal, que es carísimo y que solo se puede emplear en pacientes de alto riesgo, es decir, con patologías graves y grandes prematuros”, lamentó, indicando que la esperanza es la investigación en antivirales y vacunas que se está llevando a cabo.
Una de las principales dificultades a las que se enfrentan los médicos frente al VRS es la diferencia de tratamiento a estos pacientes en función de la zona en que vivan: “Hemos encontrado que en cada sitio y centro se trata de una manera, empleándose muchos tratamientos que a veces no se deberían administrar, como antibióticos o broncodilatadores, cuando lo único efectivo es el oxígeno y el soporte respiratorio”, contó la doctora Calvo.
Durante el encuentro, el economista Jorge Mestre-Ferrándiz cifró en 4.800 millones de euros cada año los costes anuales causados a los sistemas de salud de todo el mundo por el VRS (unos 47 millones en España, con un coste medio de hospitalización de 2.162 euros). “Aunque no se distribuye de igual manera en todos los países”, apuntó el consultor, “sabemos que el impacto socioeconómico del VRS está infraestimado. A través del desarrollo de programas de vigilancia coordinados tanto a nivel nacional como internacional, nos permitiría minimizar los costes asociados al VRS y, por tanto, se podría controlar mejor el gasto público”, concluye el consultor económico.
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