La gripe sigue siendo una de las principales amenazas para la salud pública en España, especialmente entre los grupos de riesgo como los mayores de 60 años y los pacientes con enfermedades crónicas. A pesar de la disponibilidad de vacunas seguras y efectivas, las tasas de vacunación en estos segmentos siguen siendo preocupantemente bajas. La temporada de gripe 2024 presenta un desafío para mejorar la cobertura vacunal, particularmente en grupos críticos como los profesionales sanitarios y las personas mayores, cuya inmunización es clave para proteger tanto su salud como la del resto de la población.
Cobertura de vacunación en cifras
Según el portal estadístico del Ministerio de Sanidad (SIVAMIN), en 2023 las tasas de vacunación contra la gripe en España para el grupo de edad de 60 a 64 años son especialmente bajas, con solo un 34,19% de cobertura. A medida que la edad avanza, las cifras mejoran, pero no lo suficiente: en el grupo de 65 a 74 años, la cobertura alcanza apenas un 57,85%. Estos números son preocupantes, ya que la gripe tiene un impacto particularmente alto en los mayores de 60 años, quienes son más propensos a sufrir complicaciones graves, hospitalizaciones e incluso fallecimientos como resultado de esta infección.
Por otro lado, los profesionales sanitarios, que juegan un papel crucial en la prevención de la transmisión de la gripe, especialmente en hospitales y centros de atención primaria, tienen una tasa de vacunación llamativamente baja, con sólo un 43,7% de cobertura. Este grupo, que está en contacto constante con pacientes vulnerables, debería ser prioritario en la inmunización para reducir los riesgos de contagio y proteger a quienes tienen mayor riesgo de complicaciones. Sin embargo, la reticencia a vacunarse entre este colectivo sigue siendo una barrera significativa para alcanzar los objetivos de salud pública.
Razones para mejorar la cobertura
La gripe no debe ser subestimada como una «infección banal». En España, se registran más de 52.000 hospitalizaciones anuales a causa de esta enfermedad. Además, las complicaciones derivadas de la gripe, como la neumonía, pueden tener consecuencias nefastas, especialmente entre los mayores de 60 años y aquellos con enfermedades respiratorias crónicas, diabetes, o sistemas inmunológicos debilitados.
Personas de 60 a 74 años
Para las personas de 60 a 64 años, la vacunación es crucial porque, a medida que el cuerpo envejece, el sistema inmunológico se debilita progresivamente, lo que los hace más susceptibles a infecciones graves como la gripe. Este grupo es especialmente vulnerable, ya que muchos todavía no se consideran dentro de los rangos de alto riesgo, y la percepción generalizada es que la gripe no representa una amenaza significativa.
En el grupo de 65 a 74 años, donde la cobertura vacunal también es insuficiente, los riesgos aumentan exponencialmente. No sólo enfrentan un mayor riesgo de contraer gripe, sino que también son más propensos a desarrollar complicaciones que pueden llevar a hospitalizaciones prolongadas, complicaciones por las patologías de base e, incluso, a la muerte. Por eso, la vacunación anual contra la gripe no sólo protege a estas personas, sino que también ayuda a reducir la carga en el sistema sanitario, al evitar picos de hospitalización durante la temporada de gripe.
Profesionales sanitarios
En cuanto a los profesionales sanitarios, la importancia de la vacunación es doble: deben protegerse a sí mismos y a sus pacientes. Con una cobertura vacunal del 43,7%, este colectivo está lejos de cumplir con los objetivos establecidos. Trabajando en primera línea de atención, los sanitarios no solo están expuestos a la gripe, sino que también corren el riesgo de transmitirla a pacientes vulnerables, muchos de los cuales no pueden recibir la vacuna o tienen sistemas inmunitarios debilitados.
Impacto en el sistema sanitario
El impacto de la gripe en el sistema sanitario español es notable. La media anual de hospitalizaciones por gripe es alta, y los picos durante la temporada de gripe pueden saturar los hospitales, especialmente en las unidades de cuidados intensivos. La vacunación es fundamental para evitar que los sistemas sanitarios colapsen durante los meses más críticos del año, ya que reduce no sólo el número de personas que contraen la gripe, sino también la gravedad de los casos entre aquellos que se vacunan.
A pesar de los avances en la campaña de vacunación antigripal, todavía hay mucho trabajo por hacer para mejorar las tasas de inmunización en los grupos más vulnerables y entre los profesionales de la salud. Las autoridades sanitarias deben continuar implementando estrategias de concienciación pública y campañas dirigidas específicamente a estos grupos para aumentar la confianza en la vacuna y desmentir los mitos que rodean a la vacunación contra la gripe.
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