La mayor parte de las comunidades autónomas españolas han iniciado ya sus campañas de vacunación contra la gripe y el neumococo. Después de la pandemia, parece haber quedado más claro que nunca el valor de la inmunización para prevenir contagios y, también, evitar colapsos hospitalarios. Sin embargo, hay todavía quien duda de si pincharse o no. El doctor Federico Martinón Torres, asesor de la OMS y experto en este campo, lo explica con mucha claridad en el podcast de salud de Fenaer: vacunarse siempre es la mejor opción.

El doctor Martinón es jefe de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y asesor en materia de vacunas de la Organización Mundial de la Salud. Además, coordina la Unidad de Investigación en Vacunas y el Grupo de Genética, Vacunas, Infecciones y Pediatría (GENVIP) del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago. Desde su vasta experiencia en la materia, afirma que “la decisión correcta es vacunarse. No hay ningún producto más seguro ni más estudiado que una vacuna. Los miedos que puede tener la gente están más relacionados con la información, los bulos y también porque no tenemos percepción clara del peligro. Todo el mundo sabe ahora cuál es el peligro de la covid, y eso ha hecho que se vacune. Y quienes no lo han hecho son conscientes del riesgo que tienen de morir, están haciendo el tonto”.

Campañas habituales

En cuanto a las campañas de vacunación habituales, ahora de nuevo en curso, afirma que “la gripe no es un problema nuevo. La necesidad de vacunarse ya era anterior a la pandemia. El neumococo y la gripe, y ahora la covid, son los tres patógenos que más daño pueden hacer a nuestro sistema respiratorio, especialmente entre personas con enfermedades crónicas”. “En estos pacientes”, cuenta, “llueve sobre mojado: el terreno está abonado para que cualquier virus haga más daño. Evitando la gripe evitamos boletos para que se complique la enfermedad de base, por lo que entre estos pacientes la vacuna está indicada todavía con más intensidad”.

Es necesaria, afirma Martinón, la concienciación del entorno: “Es una idea fundamental, la protección que llamamos estrategia del nido: la vacunación de la gente próxima a la persona a la que queremos proteger. Está más interiorizado, por ejemplo, entre quienes están en contacto con los bebés. Aquí es el mismo concepto. Tenemos que crear una especie de círculo de seguridad en el entorno más inmediato del paciente respiratorio crónico”. Lo mismo ocurre con el neumococo: “Entre los adultos, el neumococo es el que más frecuentemente produce neumonía. Tenemos vacunas que funcionan y que debemos considerar”.

Dos patologías prevenibles

“La gripe y el neumococo son prevenibles en un gran porcentaje de los casos”, remarca el doctor Martinón, “y que haya personas reacias a vacunarse es un problema. Antes de la pandemia, la OMS fijaba que una de las mayores amenazas para la salud pública es la desconfianza hacia las vacunas. Ya no los antivacunas, que son un grupo muy reducido. La gente, escuchando a estos energúmenos o a fuentes no fiables de información, tiene dudas, a veces suficientes para no vacunarnos”.

Las vacunas son seguras y se someten a más pruebas que cualquier otro producto que consumamos los humanos. Pero ¿de qué están hechas las que se dirigen contra la gripe y el neumococo? ¿Son seguras? ¿Cuál es su efectividad? “Es diez veces más probable que te toque la lotería de Navidad que tener una reacción anafiláctica a una vacuna (1 persona de cada 100.000 frente a 1 de cada millón). Son vacunas inactivadas, sin material vivo. No pueden hacer daño a una persona inmunodeprimida. Contienen una parte del virus, en el caso de la gripe, o de la bacteria, en el del neumococo, que entrena al sistema defensivo de las personas para el momento en que se enfrente al virus o a la bacteria completos. No contienen ninguna sustancia tóxica y se llevan administrando con éxito muchos años”.