El Consejo de Ministros español aprobó esta semana una modificación legislativa a través de la cual se equipara el tabaco calentado con el tradicional, marcando un cambio significativo en las normativas aplicables a este producto, hasta ahora más flexibles en España. Pero ¿a qué productos afecta esta nueva regulación? ¿Cuáles están excluidos? ¿A qué se debe el cambio?
¿A qué productos derivados del tabaco afecta la nueva regulación?
Tras la aprobación de este Real Decreto, la principal novedad es que el tabaco calentado pasa a tener la misma regulación que el convencional (cigarrillos, tabaco de liar o de pipa). Así, se prohíbe la presencia de aromas y sabores en estos productos, una estrategia trazada en los últimos años por las tabacaleras para conseguir clientes más jóvenes que pueden rechazar el sabor tradicional, pero no otros considerados más “atractivos” o “saludables”. Se imponen restricciones también en filtros, papeles, envases y cápsulas. Así, se requiere que los envases muestren advertencias gráficas y mensajes informativos, como «El humo del tabaco contiene más de 70 sustancias cancerígenas».
¿Qué es el tabaco calentado?
El tabaco calentado se consume a través de dispositivos electrónicos con batería que elevan a 400 grados centígrados la temperatura de la picadura, sin llegar a provocar su combustión, sino generando aerosoles inhalables. A diferencia de los vapeadores, estos sí contienen tabaco procesado en polvo. En la actualidad, en España sólo se vende una marca, comercializada por Philip Morris.
¿Qué ocurre con los vapeadores?
La nueva normativa no afecta a los vapeadores, que, de hecho, son específicamente eximidos de incluir en su etiquetado textos y fotografías de advertencia. Se considera que estos productos, a pesar de que contienen nicotina (habitualmente en un cartucho o dispositivo líquido), no son específicamente productos derivados del tabaco. El Ministerio de Sanidad afirma que ya trabaja en regulaciones específicas para estos dispositivos, cuyo consumo por parte de los jóvenes ha aumentado de una forma preocupante en los últimos años.
¿Por qué se lleva a cabo esta modificación?
Este ajuste legal busca alinearse de forma urgente con las directrices europeas, cuyo plazo límite para instaurar cambios era el 23 de julio de 2023, pero se debió retrasar a causa del largo período electoral y de configuración del Gobierno que experimentó España. A pesar de los esfuerzos regulatorios, las estadísticas reflejan un aumento en la venta de productos de tabaco hasta noviembre del año pasado. Según datos aportados por el Ministerio de Hacienda y recogidos por el diario El Correo, en 2023 (hasta noviembre) se habían vendido en España 11.495 millones de cigarrillos o su equivalente en cigarros o tabaco de pipa, casi 500 millones más que en el mismo período de 2022. El tabaco sigue siendo la primera sustancia psicoactiva para los jóvenes españoles, con una edad media de inicio de 16,6 años. Aunque la OMS muestra avances en la reducción global del consumo de tabaco, advierte sobre la necesidad de mantener la vigilancia, ya que la industria tabacalera ha demostrado saber aprovechar cualquier vacío legal.
¿Cuándo comienza a aplicarse esta modificación legal?
La entrada en vigor de la normativa será tres meses después de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (es decir, a mediados de abril).
Fuentes
Texto completo del Real Decreto 47/2024
20 Minutos: La nueva legislación del tabaco
El Correo: España no se desengancha de la nicotina
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