L. tiene 4 años y medio y es un niño “muy feliz, despierto, curioso, travieso y que exprime la vida”, en palabras de su madre, Sara Marinas. Y ello a pesar de que no puede vivir del todo la vida normal de un niño de su edad. Hace dos años fue diagnosticado de bronquiolitis obliterante, una enfermedad respiratoria...
